“Aún no es el momento”, fueron las únicas palabras que
pudieron resonar en mi cabeza aquel día.
Una extraña, pero a la vez hermosa figura me observaba plácidamente en
mi lamentable estado.
“Pronto, todo cambiará, y nos separaremos nuevamente”.
Su voz me resultaba familiar, sentía que era alguien a quien
conocí hace mucho tiempo.
Su rostro estaba frente al mío; una tierna sonrisa
sobresalía en su delicada cara. No podía ver más allá de aquella suave tez. Una
gran fuerza me sobrecogía, imposibilitando el moverme, me sentía fuera de mí,
pero me sentía yo mismo.
“Jeje, nuestro Hermano Mayor ya comenzó, pero los efectos
tardarán en observarse. El tiempo es corto así que me tengo que ir,
Azrael,…..jeje.”
Súbitamente, el peso que yacía sobre mi fue despareciendo. La
extraña sensación de ser otra persona se desvanecía, pero el sentimiento de
haberlo experimentado antes aún permanecía.
Ella, quien se encontraba a mi lado, al levantarse, me permitió
observar la situación. Yo estaba acostado en el suelo, mientras esa persona
estaba reclinada casi encima de mi cuerpo.
El cielo no era el mismo, no había nubes en él, ni siquiera
aves. La voz del viento estaba enmudecida.
Debajo de esa cúpula, solamente se observaba tierra vacía. El
suelo parecía recién labrado, como si alguien planeara cultivar en el.
“No te sorprendas, aunque es normal, lo que ves no es la
Tierra en la que naciste como humano, sino, que es uno de los tantos mundos que
creo nuestro Padre. Pronto surgirá la vida en el, siguiendo casi el mismo
camino que los demás, excepto que morirá rápidamente, de la misma forma en la
que surgió.”
No entendía totalmente lo que decía, debido a que quede embelesado
con un par de alas que se extendieron rápidamente detrás de ella.
“Azrael, escucha, la muerte será nuestro único destino”
Azrael…no sé, pero me resulta familiar, me parece confuso,
incluso esa “conversación” que tuve con lo que parecía un ángel de cabello
negro y alas de un blanco puro.
En este momento me encuentro tirado en la calle, caminan a
mi lado como si fuera un parasito. Giro mi cabeza al comprobar que el cielo se
encontraba pintado de azul y blanco. Giro mi cabeza específicamente hacia una
voz, la única que podía entender.
“¿Te encuentras bien?”
ESTA ES SOLO UNA PARTE, PROBABLEMENTE CONTENGA ERRORES PERO LOS DEJARE ASI, PARA EVITARME PROBLEMAS FUTUROS
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