domingo, 30 de agosto de 2015

Cuento Corto



Nuevo Mundo

Ella, con sus ojos grises, lo miraba fijamente. ¿Alguna vez has tenido ese sentimiento de estar hecho de piedra y no poder realizar movimiento alguno?

Avanzaba, paso a paso; su cabello gris se agitaba con el viento conforme avanzaba. La persona frente a ella levemente pudo retroceder, pero solo pudo ver una silueta desvaneciéndose lentamente.

La chica se colocó atrás de él. Aunque el hombre era mucho más fuerte que ella, las energías que poseía se perdían poco a poco. Su mente se fue nublando, divagaba, decía cosas incoherentes, todo eso mientras la extraña mordía el cuello extrayendo el flujo rojo que nos mantiene con vida.

¿Sabes que se siente morir lentamente? Tu corazón se acelera, tu pulso disminuye, tu visión se vuelve borrosa. Tu boca se seca, por mucho que intentes no puedes tragar ni siquiera el aire que te rodea. La piel pierde el brillo característico.

Entre más fuerte mordía, más cerca de la muerte se encontraba. Al ver que ya no le podía ofrecer más, lo libero de su influencia, pero para él ya era demasiado tarde. Recobro levemente el conocimiento, solo para darse cuenta que frente a su persona había un bello rostro de cuyos labios caían gotas de sangre.
Sonriéndole se aleja lentamente.

“Ya fue suficiente, tenemos mucho que hacer”. La joven giro su rostro para ver a su amado. Él, cuyos ojos en un principio eran azules, poco a poco fueron pasando a grises. Esa secuencia se observaba típicamente en los mestizos al momento de alimentarse.

El cabello negro que poseía, no era muy característico de los vampiros, observándose solamente en pocas familias, pero era indicio de poder.

Al notar que ella no quería irse, dio unos pasos y dijo:
“No era necesario que le bloquearas la mente, con la velocidad hubiese sido suficiente”.

“Pero, jeje, sabes que es un poco aburrido de esa forma, además me agrada escuchar lo que dicen mientras les extraigo la sangre”, replicó.

“Ven, tenemos que prepararnos, el hecho que no haya guerra no significa que perdamos el tiempo jugando”.
“-Tch, de acuerdo, pero antes me harás un pequeño favor”.
“¿Cuál?, pero te advierto, no me gusta que juegues con mi mente”.

Existen varias clases de vampiros, y ella pertenecía a aquellos con la capacidad de manipular la voluntad de otros con la mente.

“Me gusta cuando cambias de forma al momento de luchar, pero como hace mucho no lo haces, he perdido ese pequeño estimulo, por lo que ya sabes a que me refiero”.

Girando se cabeza, y al no observar a nadie más en ese alejado callejón, comenzó a quitarse la ropa, para luego adquirir la forma de un puma. Se acerco a ella, confundiéndose entre las sombras de la noche. A pesar que su madre era más de un 90% humana, adquirió todas las capacidades propias del tipo de vampiro que era su padre.

“Jeje, creo que es suficiente, jeje”. Dijo ella mientras se limpiaba la boca con un pañuelo que luego deshecho.

El sujeto a quien ella atacó, observó, la ahora común escena, es  decir vampiros jugando con la “comida”. Ya no había fuerza para moverse, solo pudo notar a aquellos dos seres alejándose. Se resigno a pensar que el mundo ya no le pertenecía a los humanos, sino que a los vampiros, quienes convirtieron al hombre en sus esclavos. La guerra de hace 50 años, permitió la caída de la humanidad, con el consiguiente alzamiento de los vampiros, como gobernantes absolutos.



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